jueves, 22 de marzo de 2012

¡HOLA!




 
Saludarse es un acto de educación tan aceptado y común que apenas le prestamos atención por lo cotidiano de su uso.
Se trata de un acto de reconocimiento, hacemos notar nuestra presencia a otra persona y le manifestamos que somos conscientes de que la otra persona existe, normalmente también lleva implícito un deseo positivo de forma cortés hacia la persona que saludamos. Y normalmente es la forma de comenzar una conversación mostrándole interés a la persona a la que nos dirigimos.

La palabra saludo está relacionada con la palabra salud, ya que cuando damos la bienvenida a una persona, la hospitalidad y las buenas costumbre incitan a desear buena salud o interesarse por la salud de la otra persona.
Los movimientos del saludo también tienen un origen antiguo, por ejemplo el saludo militar viene del gesto de levantarse la visera del yelmo. El mostrar la mano abierta era para hacer consciente a la persona de que no se llevaba ningún arma en ella y se presentaba con buenas intenciones, al igual que el pequeño pero simbólico ritual del apretón de manos. El beso, aunque tiene otras connotaciones más afectivas, también se usa como saludo con personas muy apreciadas y su origen está en el acto de facilitar alimentos masticados a los bebés.

Tan importantes es el saludo que cuando una persona nos hace mal se lo retiramos.

Quizás no le damos la suficiente importancia a este sencillo y agradable gesto que demuestra cortesía y educación, y quizás deberíamos de ser más conscientes, cuidadosos y esmerados al realizar este acto, que es el que va a conseguir que otra persona nos tenga en estima desde el principio de nuestra relación o conversación.


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