martes, 27 de marzo de 2012

Un mar profundo







Cuando algo nos parece difícil de comprender y nos parece misterioso, el término que usamos es profundo. Cuando algo es muy intenso y fuerte, usamos este adjetivo para referirnos a ello. Cuando algo es en general difícil, hay que asimilar mucho contenido o gastar mucha energía en conseguir algo, utilizamos esta definición.

Lo utilizamos como un término positivo aunque en realidad, cuando pensamos en la palabra profundo, se nos viene a la mente una oquedad oscura y por ende, peligrosa. El miedo ancestral a lo desconocido, que nos hace temer y venerar lo que no conocemos.

Hoy en día, tenemos todos los medios para tener un amplio conocimiento, el mar de información que es Internet, nos permite profundizar en cualquier tema que queramos investigar, ya que hay gran cantidad de datos al alcance de nuestra mano. Es una pena que en la época del auge de la información no nos enseñen demasiado a ejercitar nuestro criterio para elegir la información relevante de la que no lo es. Por otra parte, el flotar en este océano de información, nos vuelve en cierta forma vagos y faltos de un carácter investigador. A esto además se une el profundo recelo hacia el conocimiento que tenemos en nuestra sociedad, que provoca un nivel bastante grave de ignorancia e incultura, originando a su vez una especie de superstición y reverencia provocada por el desconocimiento hacia las personas que si poseen la información.

Deberíamos de zambullirnos más en realizar investigaciones personales sobre temas que nos interesan y pueden ser útiles, para ejercitar ese criterio que tanto necesitamos a la hora de tomar información.


No hay comentarios:

Publicar un comentario