Lo que parece un nombre compuesto femenino no es otra cosa
en realidad que una de las mejores sensaciones que se pueden llegar a tener.
Lograr tus metas de forma limpia tras una buena dosis de
esfuerzo y dedicación. También en la victoria, aunque sea la más limpia que
haya existido, debemos de ser cuidadosos.
El guerrero debe ser comedido en sus victorias, no puede
dejarse llevar por el sentimiento de euforia ya que puede conllevar
consecuencias nefastas al tiempo. Celebrar el triunfo sin vanagloriarse y meditando
en la cantidad de cosas que se han perdido por conseguir dicho fin. La humildad
es básica en la victoria para llevarla correctamente y con honor, respetar al
rival (en el caso de que lo haya) como si fuera parte de tu familia y agradecerle
su esfuerzo en la lucha ya que sin él no podríamos habernos crecido para lograr
llegar a la cima.
Además, en el momento de tu propia derrota, ya que no
siempre se puede ganar, también nos gustará que nuestro vencedor nos traten de
esa forma.
Por mucho que digamos que con esfuerzo se consigue todo, no
es totalmente cierto. He visto a menudo a compañeros y a mí mismo, no lograr
nuestros objetivos aunque nos hayamos dejado la piel en el empeño, y debemos de
sacar partido a esas derrotas ya que son en las que más aprendemos.
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