Momentos de destrucción en los que quieres reducir todo a
escombros, momentos que quieres comerte el mundo, momentos que no puedes parar
de crear…
La locura es uno de los combustibles del mundo, es una de
las razones por las que se da el gran empujón a hacer algo, ya que si te lo
piensas mucho más, no lo harás. Es un instante formado por un poco de
arrogancia, inconsciencia, júbilo y euforia que te impide que pienses en que
las cosas pueden salir mal y te obsesionas en realizar tu tarea.
Desviarse de la norma establecida por la moral y la sociedad
para dar un gran paso, ser extravagante, caminar fuera del camino hecho y
resaltar la intensidad de una emoción mediante actos.
En comparativa del arte y la evolución, la locura sería como
la mutación, una anomalía de un único sujeto que prevalece finalmente entre los
demás individuos ya que hace más apta y capaz a la especie en su entorno. El
caos con un fin productivo.
Algunas personas realmente tienen trastornos mentales, otros
hacen como si los tuvieran y finalmente está los que realmente no les importa
lo que digan de ellos o lo que surja de su pérdida de control y desinhibición.
En definitiva un sentimiento de embriaguez que está muy bien
para breves espacios de tiempo pero no para sufrirlo durante toda la vida.
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