No somos santos y eso queda bien patente gracias a nuestros
actos día a día a lo largo de toda nuestra existencia, sobre todo cuando nos
ocurren cosas que no nos gustan.
El más pequeño de los seres, puede albergar y producir el
mayor de los males conocidos. Nunca ponemos límite en nuestra imaginación a
hacer sufrir a quien, según nuestro criterio, se lo merece.
Cuando nos sentimos amenazados de alguna forma, cuando
actuamos por miedo, nuestro poder crece y en ocasiones se llega a descontrolar,
nos dejamos llevar por la furia, nos posee como a bestias demenciales ansiosas
de generar dolor y nos nubla completamente los sentidos. Este monstruo es un
ser que desea salir y nos produce placer dejarlo libre, cuanto más lo dejamos
salir, menos podemos controlarlo, es el caos materializado en hechos. Sin duda este monstruo mefistofélico nos ofrece poder cuando más débiles realmente somos, nos tentará para alimentarlo u ofrecerle la llave de su liberación y en realidad solo nos otorgará estar algo más cerca del precipicio de la perdición que nosotros mismos edificamos.
Tenemos una gran responsabilidad en nuestros hombros sin
conocerlo, ya que es nuestro deber mantener firmemente encarcelada a esta furia
que se desata en los momentos de flaqueza, de frustración... es un fuego en nuestro pecho que
todo lo devora y que destruye cuanto toca.
Si todos diéramos rienda suelta a nuestro monstruo interior,
sin duda dominaría "la ley del más fuerte", no habría quien nos controlara ni nosotros controlaríamos a nadie, llevaríamos una
existencia solitaria, nadie se acercaría a nosotros ni nosotros nos acercaríamos
a ninguna persona, por desconfianza, por miedo a que al dolor que nos puedan provocar,
esto en si mismo consistiría en alejar a las personas que queremos de nuestro
lado.
Por esta razón principalmente, por no convertirnos en
bestias solitarias alejadas del amor de nuestros seres queridos, debemos dejar
encadenada tanto tiempo como nos sea posible a este monstruo que de liberarse
nos envenenaría y transformaría como una enfermedad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario