Es un estado mental y emocional en el que se tiene miedo a
interactuar socialmente con los demás, con personas particulares o grupos. Este
miedo lleva a no poder tener relaciones con normalidad debido a la incomodidad
que conlleva tratar con otras personas.
Esta “dolencia” puede ser causa de una enfermedad, por
causas físicas, originada por unos padres sobreprotectores o autoritarios, o
simplemente porque es la naturaleza de dicha persona, nos muestra las
inseguridades y el miedo al rechazo de una persona al tratar con sus
semejantes. Este problema tratable y no es muy complicado de solucionar ya se
puede entrenar para tener habilidades sociales, se puede enfrentar con valor y
apoyo de los que te rodean o simplemente te puedes acostumbrar a sentir esa
timidez y controlarla como buenamente se pueda.
Suelen ser tímidos los seres muy sensibles, se da el caso
bastante extendido de esta inseguridad en muchas personas con inquietudes artísticas,
desean tanto agradar a sus iguales que les produce una fobia irracional desagradar
a los demás que a su vez conlleva un exceso de preocupación por el concepto que
tiene el mundo de ellos.
Aunque quizás no sea la timidez lo que caracteriza la
desconexión social que suelen tener algunos artistas con su entorno, ya que no
se comportan de forma insegura, ni torpe que les denote una autoestima baja o
complejo de inferioridad, quizás sea más bien introversión. La introversión es una
opción elegida, no se trata de no relacionarse con los demás por miedo, sino más
bien porque no les gusta demasiado o no les interesa estar continuamente en
grupos numerosos o con desconocidos, que no les aportan nada interesante.
Ya sea un carácter introvertido o un carácter tímido, el
relacionarse con los demás no debería ser algo que los demás nos impongan, ni
debería de tratarse como algo anormal el no querer relacionarse de forma histriónicamente
simpática con los demás. La única persona que debe decidir si es un impedimento
para su vida este tipo de conducta, es la propia persona afectada. Ellos deben
de ser quienes deciden si sufren o son infelices con su forma de ser, ya que
las personas tímidas también tienen muchas otras cualidades apreciadas
socialemente como son la lealtad, la prudencia, la reflexión, el tacto o
simplemente saber escuchar.
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