Cada persona como individuo, poseemos un gran mundo interior
que expresar al mundo, grandes ideas que revolucionarían el mundo en muchos
aspectos se quedan encerradas en nuestra dura bóveda craneana debido a la
timidez y el miedo al que dirán.
Si nos cuesta expresarnos con palabras, al menos deberíamos
de ser transparentes con nuestros actos para poder mostrar lo que albergamos en
nuestro interior. Quizás no gusten o no sean comprendidas nuestras ideas, pero
eso es lo de menos, lo importante es expresarnos y hacer saber al mundo que
tenemos nuestra propia visión de los hechos. Encerrar nuestras ideas en un
cuarto oscuro y húmedo, prisión de la cual hemos perdido la llave, es la muerte
de nuestro espíritu y de nosotros mismos. Las palabras nunca deberían de ser
censuradas, solo los actos dañinos hacia otros seres humanos deberían de serlo.
Tenemos un hermoso mundo interior que enseñar a nuestros
semejantes y no podemos permitir que se asfixie en nuestra esfera de cristal.
Seguro que al romper la frágil cúpula de nuestra timidez, conseguiremos
llevarnos grandes sorpresas, buenas y malas... pero es que las sorpresas
agradables merecerán mucho la pena y nos parecerá barato el precio finalmente.
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