Tener poco tamaño o estatura nunca ha sido un gran problema,
la sombra de un hombre pequeño puede ser muy extensa y dejar un gran legado
como se ha demostrado históricamente. Normalmente la personas de tamaño corto,
suelen suplir su desventaja con una grandeza espiritual e interior ya que
tienen que estar a la altura de sus compañeros, por esta razón suelen ser duros
y fuertes como la roca.
Ser pequeño no implica tener poca importancia o intensidad,
ser pequeño implica tener más fuerza concentrada para llegar con el mismo ímpetu
que los que son más grandes que tú. La fuerza y energía que albergan las
personas pequeñas en su mirada, pueden hacer amilanarse a personas que físicamente
son colosales, pero intelectualmente son diminutos.
Hay mucha belleza en las cosas pequeñas y que la grandeza de
un hombre finalmente no se mide por su estatura, sino por hacer sentir grandes
a sus semejantes, ya que para saber ser grande, se debe de haber primero
aprendido a ser pequeño.
El grano de arena más diminuto es capaz de erosionar la
montaña más grande si está empujado por el viento adecuado y acompañado por sus
semejantes.
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