Ser poseedor de una mente sana significa poseer una
capacidad intelectual útil para uno mismo y para los demás, que permita
desarrollarnos y superar las forzadas pruebas que se nos presentan a diario.
Para mantener esta mente sana, es indiscutiblemente inevitable
poseer un cerebro en buen estado y que funcione correctamente. Y sin duda
alguna, este órgano tan importante, forma parte de un todo al que llamamos cuerpo
y que algunos calificarían como templo o morada del "alma", o lo que
es prácticamente lo mismo, la mente.
Por lo tanto, para tener una mente en condiciones de
salubridad, debemos mantener su hogar bien ordenado, limpio y arreglado.
De nada nos servirá tener unas condiciones intelectuales que
por nacimiento son óptimas y superiores a la media, si no desarrollamos y
cuidamos el cuerpo para que ambos, cuerpo y alma, puedan desarrollarse y crecer
de forma natural y sana.
El deterioro del cuerpo por dejadez e inactividad, afectará
de forma irremediable al carácter, la personalidad y el entendimiento de
cualquier persona, por muy dotada intelectualmente que haya nacido dicha
persona. Es por esa razón, por la búsqueda de una vida más feliz,
autosuficiente y placentera, que debemos de ejercitar nuestro cuerpo a la vez que
desarrollamos nuestra mente.
Si mantenemos unas ciertas normas de higiene y cuidado, las
cuales impliquen una alimentación y unos ejercicios físicos, que no tienen
porqué ser heroicos, es mucho más probable que alcancemos un estado de
felicidad apoyado en una sana autoestima y autosuficiencia.
Así que si en algún momento notas que tu alma comienza a
debilitarse y enfermar por la tristeza y el desánimo, no dudes en ejercitar tu
cuerpo para fortalecer a ambos. Sudar no es para los tontos ni para las clases inferiores. Sudar es para las personas que honran a su cuerpo tanto como a su alma.
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