miércoles, 25 de abril de 2012

Ándate con mil ojos





Esta frase la escuchamos muchas veces a lo largo de nuestra vida y probablemente la seguiremos escuchando más de lo que desearíamos.

Que frase más estúpida, ¿Cómo voy a andarme con mil ojos si como mucho solo podemos tener dos que sean operativos? Y encima, aunque sean dos los ojos que tenemos, solo pueden enfocar correctamente un objeto cada vez ya que no somos camaleones.

Cuando nos dicen esta frase, suele ir acompañada por más connotaciones negativas de las que nuestro interlocutor está dispuesto a admitir, puede llegar a ser desde una amenaza velada, hasta una advertencia con la intención de desanimarte para que desistas en tus intentos de lograr tus metas. Sea como fuere, la persona que nos dice estas palabras no nos suele querer bien o como debería de querernos, ya que si nos quiere bien, nos animará a realizar las proezas más inverosímiles que seamos capaces de soñar y si no lo logramos, no estará ahí para decirnos: “te lo dije”, estará ahí para preguntarnos “¿estás bien? ¿Quieres seguir intentándolo? Es muy difícil la tarea pero confío en ti y estaré a tu lado hagas lo que hagas”,  pero estas palabras son muy difíciles de pronunciar para las personas que no nos aprecian realmente, ya que se atascan gravemente en la garganta probablemente por culpa de alguna glándula destiladora de veneno alojada cerca de la faringe.

Que nadie te quite las ganas de cumplir tus sueños, si te dicen que vayas con mil ojos, ponte gafas de sol para que no te deslumbren con su condescendencia.


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