domingo, 8 de abril de 2012

Hambre





Este es el estímulo básico que pone en marcha las acciones de las forma de vida superiores, es un impulso instintivo que nos lleva a satisfacer deseos y necesidades. El que tiene hambre siempre encuentra soluciones para satisfacer su apetito, esta sensación nos hace ver con claridad, elucida el pensamiento y pone el cuerpo en estado de alerta para conseguir alimento.

Sufrimos el hambre de forma voluntaria cuando nos sobra peso y queremos tener unos correctos niveles de grasa y líquidos en el cuerpo para así estar sanos, e incluso en algunas culturas y religiones, se pasa hambre de forma voluntaria para purgar y estimular el cuerpo y el alma, tiene por ello efectos positivos cuando el hambre se da en periodos cortos.

Pero cuando el hambre se da por un tiempo dilatado, solo trae condena. El hambre es el primero de los heraldos de la destrucción, tras ella llegan sus hermanos la enfermedad, la guerra y la muerte. Estos conceptos no solo se deben tomar como indicios físicos y señales de la decadencia de un país, también nos ocurren de forma interna y espiritual cuando no alimentamos la mente y el alma de forma regular.

No es imposible llegar a un mundo sin hambre, la tierra podría verse libre de la existencia de esta hambre forzosa. Solo deberíamos anteponer las necesidades básicas a los egoístas intereses privados, tenemos los recursos y las tecnologías necesarias para ello, de lo que no disponemos es de la fuerza de voluntad colectiva necesaria, pero somos más que bestias medievales y espero que en mil años hayamos aprendido más que en millones de años de evolución. Podemos encontrar soluciones, somos fuertes y tenemos hambre.


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