Momentos de la vida en lo que no estamos ni en el sitio
adecuado ni en el momento idóneo, es más, nos preguntamos “¿Qué carajo hago yo
metido en este fregado?”
No somos capaces ni de comprender como hemos llegado a la
situación ni como se han desarrollado los acontecimientos tan rápido, solo
sabemos que estamos desubicados, confusos y tenemos que hacer algo aunque no
sabemos muy bien el qué.
Estamos fuera de nuestro entorno y posiblemente sea un entorno que nos parezca peligroso y hostil, nos movemos con ineptitud y desesperación, ignoramos qué son las cosas nuevas que nos rodean y como nos pueden servir de ayuda.
En esos momentos pensamos que somos torpes y nos sentimos
como tales, que valemos menos de lo que realmente valemos por una pequeño revés
de la casualidad… pero no es así, basta con que nos tranquilicemos, respiremos
lo más serenamente que podamos y nos concentremos en salir de la situación con
ingenio. No hay situación lo suficiente y absurdamente mala como para que no
podamos desenvolvernos con éxito. Tal vez nos cueste comunicarnos y encontrar
las palabras exactas que queremos utilizar, quizás nos sintamos con la perspicacia
embotada y los reflejos lentos, pero podemos encontrar la formula necesaria
para solventar nuestros dilemas.
Si eres un pez fuera de tu medio, evoluciona y adáptate al
nuevo entorno. Si los bichos que surgieron del lodo primigenio pudieron hacerlo,
nosotros también.
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