Han existido durante toda la historia humana, personas que
han conquistado todo el suelo que pisaban, que enaltecían y capturaban los
corazones de sus semejantes, que nos hacían aspirar a ser superiores, personas
creadoras y emprendedoras que aportaban un nuevo sentido a la existencia,
inventores de sueños, pescadores de hombres que te concienciaban sobre tu sitio
en el universo, personas que contribuyen a hacer un mundo mejor y más agradable
donde vivir… bien, pues de las personas que hoy voy a hablar, son todo lo
contrario.
De ningún modo me refiero a seres destructivos o que hacen
por empeorar la existencia de la raza humana, todo eso lleva un esfuerzo y
aporta algo aunque sea negativo. Hablo de seres totalmente contrarios a la acción,
las personas que no hacen nada, me refiero a las personas que solo son parásitos
de la sociedad, personas que no se moverían aunque una manada de rinocerontes
desbocados fuera a atropellarlos, personas que su única misión en la vida es estar.
Hablo de los bultos, gente que no aporta nada a la existencia, ni social, ni filosófica,
ni creativa, ni productiva, ni personalmente. Son gente que básicamente son
bolas de carne con ojos, muebles que respiran, hongos de tamaño humano… Nunca
aportarán nada relevante a una conversación, nunca te harán reír porque su chispa
se encuentra en algún oscuro lugar del universo perdido junto a sus ganas de
hacer cosas, nunca tomarán la iniciativa para hacer algo que no sea quejarse, dar
una visión crítica, nefasta, catastrofista y negativa de un suceso (esto solo
si son bultos nerviosos e hiperactivos), comer o dormir. Gente desprovista de entusiasmo, amor propio, carácter, personalidad, temperamento, imaginación y temple. Razonar con ellos es
como intentar hacer que un geranio cante por bulerias, te mirarán con ojos bovinos
y se resignarán a seguir rumiando y regocijándose en su mediocridad.
Quizás alguien consiga en algún lugar del universo una cura
para esta plaga, y consigan al menos insuflarles a estos entes algo de fuerza
de voluntad a sus deprimentes razones de existencia, pero lo cierto es que no
he observado que ninguna cosa motive a este tipo de gente a ponerse en acción
en algo que los saque de su estática forma de vida. Si te sientes aludido por
estas palabras, identificado con esta descripción o simplemente tu autoestima es realmente baja y piensas que eres de
esta raza de gente, ya sabes tu remedio: mueve el culo, haz algo e intenta
hacerlo con una sonrisa en el rostro.
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