Cuando vamos a desarrollar una ardua tarea, debemos hacerlo
con toda la fuerza de voluntad del mundo. La perfección es una meta infinita,
pero debemos intentar llegar a la cumbre cueste lo que cueste, aunque sintamos
que es un trabajo imposible.
Es la mentalidad de los antiguos samuráis y guerreros de
honor, intentar hacer lo imposible aunque perdamos la vida en el empeño,
realizar el cometido lo mejor que podamos, con toda la fuerza posible.
No habrá muros que detengan nuestro vuelo cuando tomamos la
decisión de actuar, llegaremos donde queramos y como queramos. Por muchas
trampas y obstáculos que se interpongan, para la persona decidida no existe si
su empeño es grande.
Nuestros oídos serán sordos ante las palabras venenosas de
quien pone en duda nuestra valía, nuestros ojos serán ciegos a los gestos de
incredulidad de las personas que cuestionan nuestro poder, nuestros labios
estarán cerrados ya que no podemos perder el tiempo en dar explicaciones a
quien nos hacen preguntas sobre como lo vamos a conseguir si es algo imposible.
Con empeño, todo es posible.
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